27/11/09

LA "D.O.P EN GRANADA"

Para la mayoría de los consumidores, catar un vino producido esta campaña en Granada es beber un producto de la tierra. Los más expertos saben que están degustando un Vino de Calidad, pero sólo unos pocos conocen que lo que realmente ingieren es un caldo con Denominación de Origen, al mismo nivel que los de las mejores bodegas de La Rioja o Ribera del Duero.

Esta confusión se debe a una reciente normativa europea, aprobada el pasado 24 de julio, por la cual los Vinos de Calidad de Granada -mención que obtuvieron algunos bodegueros de la provincia a principios de año- se convierten automáticamente y con efectos retroactivos en caldos con Denominación de Origen Protegida.

"Es un espaldarazo importantísimo para el sector vitivinícola que supone llegar cuatro años antes al objetivo marcado", según aseguró el presidente de la Asociación de Vinos de Calidad de Granada, Javier Rodríguez. Ahora bien, los caldos de menor calidad seguirán existiendo, puesto que la medida europea afecta sólo a las 17 bodegas -de las 82 existentes- cuyos productos se alzaron en enero de 2009 con la mención de Vinos de Calidad otorgada por la Consejería de Agricultura y Pesca. Eso sí, las ya prestigiosas empresas representan a las tres grandes zonas productoras: Norte, Sureste y Alpujarra.

¿Y qué supone ser Denominación de Origen? Pues poder acceder a los planes de ayuda pública para promocionar este tipo de productos y aparecer en las cartas de vinos entre los caldos de renombre del país, según explicó Rodríguez. "Confiamos en que a partir de ahora las posibilidades para salir al mercado aumenten", auguró el portavoz de la asociación provincial.

De no haber sido por la normativa europea, el proceso para obtener la Denominación de Origen hubiera requerido de al menos cuatro años de trámites y papeleos. De hecho, para conseguir la mención de Vinos de Calidad, los bodegueros granadinos estuvieron trabajando desde 2006.

No obstante, Rodríguez puntualizó que la consecución de la máxima categoría vinícola no supondrá un aumento del precio de los caldos granadinos, aunque sí que se tendrá que reducir por ley la producción a los 7.000 kilos en vino tinto y 10.000 en blanco. "Nuestro grupo de bodegueros trata de reunir los valores de la tierra. Nunca seremos competitivos en canto a la cantidad respecto a otros territorios nacionales e internacionales, pero sí podremos luchar por la calidad", afirmó Rodríguez.

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